lunes, 7 de septiembre de 2015

Tapir Sudamericano (Tapirus terrestris terrestris)

Los tapires (tapíridos), del orden de los ungulados perisodáctilos, son animales muy raros desde el punto de vista evolutivo. Todos los tapires son animales nocturnos y muy huidizos que a la menor señal de peligro corren hacia la espesura o a las aguas cercanas de los bosques donde habitan. Es llamativa su probóscide flexible, con la que estos herbívoros, de 0,80 a 1,20 metros de altura, pueden arrancar las hojas a gran altura.

Descripción

Tapirbaby.jpg  Tapir 450px TapirbabyLa apariencia de un tapir es semejante a la de un cerdo, tiene un cuerpo robusto y redondo; es destacable su probóscide que consiste en un hocico, labios gruesos y una grande abertura nasal; esta compuesto de tejido blando. Tiene tres dedos que en realidad son pezuñas en las patas traseras y cuatro en las delanteras (esta característica hace que el tapir pertenezca a la familia de los pesirodáctilos).
La piel es dura y resistente, los adultos tienen un pelaje marrón negruzco en el dorso y los costados, marron oscuro en el vientre, pecho y los miembros, el pelaje de la cría es pardo rojizo con franjas de color blanco amarillento (hasta los 10 meses).
Poseen ojos pequeños y hundidos con párpados delgados. Esto es beneficioso ya que se encuentran menos expuestos a los roces y heridas con ramas que podrían producirse en las frecuentes carreras a través de la maleza. Mide aproximadamente 1 metro de altura hasta los hombros y 2 de largo y su peso oscila entre 225 y 300 kg.
Desde la frente hasta la cruz poseen una crin de pelos gruesos que erizan al momento de una lucha con sus congéneres y les protege las partes vulnerables de su cuerpo.


Distribución y hábitat

Esta especie habita en los pantanos, selvas y bosques húmedos del este y nordeste de América del Sur, siempre al este de Los Andes, desde Venezuela, Surinam, Guayana Francesa y todo el oeste de Brasil hasta Paraguay y el nordete de Argentina. Es destacable que puede habitar en altitudes de hasta 2000 msnm.


Alimentación

Posee sitios de descanso y otros de alimentación; se traslada entre ellos mediante senderos.
La dieta de esta especie de tapir esta conformada principalmente por hojas, brotes, frutas y plantas acuáticas. No obstante se puede alimentar de pequeños invertebrados en ocasiones.
Se alimenta en el crepúsculo o en la noche.

Comportamiento

En su hábitat natural, el Tapir posee hábitos solitarios, a excepción durante la época de apareamiento o cuando la madre deambula con su cría. Si aparecen más de tres, seguramente hay que atribuirlo a la existencia de algún pasto rico y abundante, y el hecho es circunstancial. Posee hábitos principalmente nocturnos, aunque suele estar activo durante todo el día. El Tapir marca el territorio con orina y marcas olfativas que dejan con sus glándulas faciales.
El cuerpo del Tapir está adaptado a la espesura de las selvas donde habita. Realiza caminatas y abre caminos que vuelve a utilizar una y otra vez, formando profundos carriles entre la maleza, lo que facilita su detección. Cuando el Tapir camina, lo hace husmeando el suelo y el aire con su trompa, que se balancea de un lado a otro. En lugares donde no es perseguido, el Tapir se muestra confiado y suele observar con curiosidad, o sencillamente ignorar, al hombre que pasa a su lado.Los cuerpos de agua le permiten refugiarse y activar, como a los hipopótamos, el funcionamiento del aparato digestivo, por lo que defeca en el agua o en sus proximidades. Es un hábil nadador. Por las mañanas acostumbra a bañarse en cualquier cuerpo de agua próximo, lo cual le permite refrescarse y liberarse de los molestos insectos y parásitos, aprovechando para comer alguna planta acuática. También disfruta de los baños de barro. Para huir de sus enemigos, se arroja al agua y bucea. Cuando está asustado y lejos del agua, al tratar de huir puede chocar contra los árboles con tanta fuerza que llega a perder el sentido. Asimismo, es capaz de arremeter en ciega carrera contra quien le cierre el paso.

Reproducción

Parecería que entre los Tapires no hay una estación determinada para la reproducción aunque, según algunos autores, la época de celo precedería a la estación de las lluvias. El celo dura unos cuatro o cinco días, período durante el cual el macho y la hembra se mantienen juntos. El cortejo supone agitados juegos que fundamentalmente se realizan de noche y muchos de ellos, en el agua. El macho persigue a la hembra rozándola y mordisqueándole las orejas, mientras ésta intenta morderle las patas. En medio de silbidos característicos, agudos gritos y resoplidos ensordecedores, ambos se olfatean, girando sobre sí mismos y golpeando con el hocico el vientre del compañero.
Pare solo una cría (esta pesa 4-7 kg) luego de una gestación de 392-405 días. La madre amamanta a la cría hasta el año de vida. En los primeros 10 días el pequeño no acompaña todavía a la madre y permanece solo en su refugio, mientras aquella se alimenta. Al cabo de unos meses, ya está preparado para hacer frente a sus necesidades. Aunque, en realidad, el crecimiento es bastante lento y la edad adulta solo se alcanza a los 3 o 4 años.


Conservación

En argentina fueron catalogados en un nivel de "en peligro". En la provincia de Misiones es considerado "monumento natural provincial". La reducción de su hábitat natural y la caza sin control son las principales causas de su retroceso numérico. Le es indispensable para poder sobrevivir la conservación de grandes áreas naturales. Esta especie no ha podido verse en Los Andes.