Descripción
La piel es dura y resistente, los adultos tienen un pelaje marrón negruzco en el dorso y los costados, marron oscuro en el vientre, pecho y los miembros, el pelaje de la cría es pardo rojizo con franjas de color blanco amarillento (hasta los 10 meses).
Poseen ojos pequeños y hundidos con párpados delgados. Esto es beneficioso ya que se encuentran menos expuestos a los roces y heridas con ramas que podrían producirse en las frecuentes carreras a través de la maleza. Mide aproximadamente 1 metro de altura hasta los hombros y 2 de largo y su peso oscila entre 225 y 300 kg.
Desde la frente hasta la cruz poseen una crin de pelos gruesos que erizan al momento de una lucha con sus congéneres y les protege las partes vulnerables de su cuerpo.Distribución y hábitat
Esta especie habita en los pantanos, selvas y bosques húmedos del este y nordeste de América del Sur, siempre al este de Los Andes, desde Venezuela, Surinam, Guayana Francesa y todo el oeste de Brasil hasta Paraguay y el nordete de Argentina. Es destacable que puede habitar en altitudes de hasta 2000 msnm.Alimentación
Posee sitios de descanso y otros de alimentación; se traslada entre ellos mediante senderos.
La dieta de esta especie de tapir esta conformada principalmente por hojas, brotes, frutas y plantas acuáticas. No obstante se puede alimentar de pequeños invertebrados en ocasiones.
Se alimenta en el crepúsculo o en la noche.
Comportamiento
En su hábitat natural, el Tapir posee hábitos solitarios, a excepción durante la época de apareamiento o cuando la madre deambula con su cría. Si aparecen más de tres, seguramente hay que atribuirlo a la existencia de algún pasto rico y abundante, y el hecho es circunstancial. Posee hábitos principalmente nocturnos, aunque suele estar activo durante todo el día. El Tapir marca el territorio con orina y marcas olfativas que dejan con sus glándulas faciales.

Reproducción
Parecería que entre los Tapires no hay una estación determinada para la reproducción aunque, según algunos autores, la época de celo precedería a la estación de las lluvias. El celo dura unos cuatro o cinco días, período durante el cual el macho y la hembra se mantienen juntos. El cortejo supone agitados juegos que fundamentalmente se realizan de noche y muchos de ellos, en el agua. El macho persigue a la hembra rozándola y mordisqueándole las orejas, mientras ésta intenta morderle las patas. En medio de silbidos característicos, agudos gritos y resoplidos ensordecedores, ambos se olfatean, girando sobre sí mismos y golpeando con el hocico el vientre del compañero.
Conservación
En argentina fueron catalogados en un nivel de "en peligro". En la provincia de Misiones es considerado "monumento natural provincial". La reducción de su hábitat natural y la caza sin control son las principales causas de su retroceso numérico. Le es indispensable para poder sobrevivir la conservación de grandes áreas naturales. Esta especie no ha podido verse en Los Andes.