sábado, 23 de febrero de 2013

Tortuga Carey (Eretmochelys imbricata)




La tortuga carey (Eretmochelys imbricata) es una especie de tortuga marina de la familia de los quelónidos, que se halla en peligro crítico de extinción. Es la única especie del género Eretmochelys. Existen dos subespecies, Eretmochelys imbricata imbricata que se puede encontrar en el océano Atlantico y Eretmochelys imbricata bissa, localizada en la región indo-pacifíca.

A causa de las prácticas de pesca humanas, las poblaciones de Eretmochelys imbricata a lo largo de todo el mundo se encuentran en serio peligro, por lo que ha sido clasificada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como especie en peligro crítico de extinción. Varios países, como China y Japón, las han cazado por su carne, considerada un manjar. Los caparazones de las carey y el material que los constituye (también llamado carey) ha sido empleado para la confección de objetos decorativos. Asimismo, se denomina carey, por extensión, al material del que se conforman los caparazones de otras tortugas marinas empleados en idéntica producción artesanal. Según el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies de Fauna y Flora Salvaje Amenazadas (CITES), la captura y el comercio de estas tortugas y sus productos derivados son ilegales en muchas naciones.

Anatomía y morfología

Eretmochelys imbricata tiene la apariencia típica de una tortuga marina. Como en los demás miembros de su familia, su cuerpo es plano y sus extremidades en forma de aleta están adaptadas a la natación. Las tortugas adultas tienen de media entre 60 y 90 cm de longitud de caparazón y entre 50 y 80 kg. de peso, con un máximo registrado de 127 kg. Su concha o caparazón tiene un fondo de color ámbar, con una combinación irregular de bandas claras y oscuras de colores predominantemente amarillos y marrones difundidos a los lados.
Los ejemplares jóvenes son negros, exceptuando el borde del caparazón, que es amarillo. Cuando nacen tienen forma de corazón y van adquiriendo forma oval cuando crecen.
El color del borde serrado formado por las placas del caparazón se difumina con la edad. Los machos se distinguen por una pigmentación más clara, peto cóncavo, uñas más largas y una cola más gruesa.
La carey tiene varias características que la distinguen de otras especies estrechamente relacionadas con ella. Su alargada y afilada cabeza termina en una boca parecida a un pico que, en su caso, es más pronunciado y afilado que el de otras tortugas marinas. Sus brazos tienen dos garras visibles en cada aleta.


Primer plano de su distintiva boca en forma pico.


Una de sus características más distintivas es el patrón de gruesas placas que forman su caparazón. Mientras que su caparazón tiene cinco placas centrales y cuatro pares a cada lado como varios miembros de su misma familia, las placas posteriores de la carey se superponen de tal manera que le dan al borde posterior de su caparazón una apariencia aserrada, parecida al filo de una sierra o de un cuchillo dentado. El caparazón de la tortuga puede llegar a medir por sí solo casi un metro de largo.
Sus huellas en la arena son asimétricas, ya que se arrastran por la tierra con un paso alterno. Esta forma de avance se diferencia de las tortugas verdesChelonia mydas) y las tortugas laúd (Dermochelys coriacea), que se arrastran de una forma bastante simétrica.
Son grandes nadadoras. Pueden alcanzar velocidades de hasta 24 km/h y hay registros de tortugas que han recorrido nadando 4.828 km. En el Caribe se han registrado inmersiones de tortugas carey a más de 70 metros de profundidad durante un periodo de más de 80 minutos.


Descripción

Su aspecto es similar al de otras tortugas marinas. Tiene un cuerpo plano, un caparazón protector, y sus extremidades en forma de aletas están adaptadas para nadar en mar abierto. E. imbricata se distingue fácilmente de otras tortugas marinas por su pico puntiagudo y curvo con una prominente mandíbula superior (tomium) y por los bordes en forma de sierra de su caparazón.


Distribución

En el Atlántico, las poblaciones de E. imbricata pueden llegar tan al oeste como el golfo de Mexico, y el área de distribución este alcanza hasta el sur del continente africano. El límite norte del área de distribución de la especie puede extenderse hasta el estrecho de long island, a lo largo del borde norte de los Estados Unidos. Al otro lado del Atlántico, se han visto tortugas carey en las frías aguas del Canal de la Mancha, el avistamiento más al norte del que se tiene conocimiento. La región más al sur en la que se han visto ejemplares es el cabo de Buena esperanza, en África.
En el Caribe, son conocidas en la costa brasileña (en concreto Bahía), el sur de Floridas, Hawái y Venezuela. También se han visto en las playas de Antigua y Barbuda. Costa Rica tiene lugares de anidamiento de E. imbricata, concretamente en las proximidades del Parque Nacional Tortuguero. La Isla de Cuba es conocida por ser una zona de alimentación para las poblaciones de tortugas carey caribeñas. En Puerto Rico, las aguas en torno a la isla de Mona también sirven de lugar de alimentación a esta especie. Las costas sur y este de la República dominicana cuentan también con lugares de desove y hábitats para juveniles, estas poblaciones se encuentran en zonas protegidas como la Isla Saona en Parque Nacional Jaragua.

Gráfico de lugares de anidamiento de E. imbricata. Los círculos rojos representan los principales lugares de puesta, los amarillos, los secundarios.

Hábitat

Los adultos se encuentran principalmente en arrecifes de coral tropicales. Por lo general se las ve a lo largo del día descansando en cuevas y salientes en y alrededor de estos arrecifes. Como especie de marcado carácter migratorio, también se las puede encontrar en una amplia variedad de habitáts, desde el mar abierto hasta lagunas y manglares en estuarios. Aunque no se sabe mucho sobre las preferencias de hábitat durante sus primeros años de vida, se asume que E. imbricata, al igual que otras tortugas marinas jóvenes, son completamente pelágicas, con lo que hacen del mar abierto su hogar hasta que alcanzan la madurez.

Alimentación 

Aunque se sabe que son omnívoras, su principal alimento son las esponjas, que constituyen entre el 70% y el 95% de la dieta de las poblaciones de la especie en la zona del Caribe. Sin embargo, como ocurre con muchos espongívoros, E. imbricata se alimenta sólo de algunas especies seleccionadas, ignorando muchas otras. Las poblaciones del Caribe se alimentan principalmente de esponjas de la clase Demospongiae, y más concretamente las pertenecientes a los órdenes Astrophorida, Spirophorida y Hadromerida. Entre las especies de esponjas de las que se tiene conocimiento que forman parte de la dieta de estas tortugas se incluye Geodia gibberosa. Las carey también se alimentan de algas y cnidarios, como medusas y anemonas de mar. También son conocidas por alimentarse de un peligroso hodrozoo como la fragata portugesa (Physalia physalis). Las carey cierran sus desprotegidos ojos cuando se alimentan de esos cnidarios, para evitar el contacto de sus cnidoblastos, que, sin embargo, no pueden penetrar en sus blindadas cabezas.

Ciclo vital

Todavía se desconocen muchas cuestiones sobre el ciclo vital de 
E. imbricata. Tienen unos intervalos de anidación de entre dos y cuatro años, aunque este periodo puede variar de nueve meses a diez años, según la zona; utilizan preferentemente lagunas aisladas de islas remotas a lo largo de toda su área de distribución. La época de apareamiento de la carey atlántica transcurre normalmente entre abril y noviembre. Para las poblaciones del océano Índico, como las de las Seychelles, ésta discurre entre septiembre y febrero. De igual forma que sucede con otras tortugas marinas, las carey se aparean en lagunas poco profundas cerca de las playas donde probablemente nidificarán. Tras el acoplamiento, las hembras arrastran sus pesados cuerpos hasta la playa durante la noche. Entonces se encargan de limpiar una zona y cavar un agujero donde depositarán sus huevos, usando sus aletas traseras. Después la hembra efectúa la puesta en el nido y cubre de inmediato los huevos con arena. Los nidos de E. imbricata sin embargo, las nidadas notificadas en el golfo Pérsico Tras el prolongado proceso, de varias horas de duración, la hembra vuelve al mar. La puesta es el único momento en que las tortugas carey abandonan el mar. del Caribe y de Florida generalmente contienen unos 140 huevos, aunque pueden llegar a 250, son sensiblemente inferiores, con un promedio de unos 90 huevos.
La tortugas recién nacidas, que generalmente pesan menos de 24 gramos, abandonan el nido durante la noche después de aproximadamente dos meses. Estos recién nacidos presentan colores oscuros y el caparazón, en forma de corazón, mide aproximadamente 2,5 centímetros de longitud. De forma instintiva se dirigen al mar, atraídos por el reflejo de la luna sobre el agua (un proceso que puede ser perturbado por fuentes de luz antropogénicas). Las crías que no alcancen el agua antes del amaneceraves limícolas. probablemente terminen siendo alimento de diversos predadores, como cangrejos y
La carey se cruza fácilmente con otras tortugas marinas, como las tortugas bobas (Caretta caretta). Ciertos híbridos encontrados en Brasil o en Florida fueron viables y fértiles porque existían por lo menos desde dos generaciones. Se descubrió también un híbrido de tortuga verde(Chelonia mydas) en Surinam.
Poco se sabe sobre los primeros años de vida de las crías: tras alcanzar el mar, se cree que inician una etapa de vida pelágica (como otras tortugas marinas), durante un periodo de tiempo indeterminado. Aunque se desconoce su tasa de crecimiento, cuando los ejemplares jóvenes alcanzan cerca de 35 cm, pasan de un estilo de vida pelágico a uno asociado a los arrecifes de coral. Alcanzan la madurez sexual entre los 20 y los 40 años de edad.
Se estima que pueden vivir entre 30 y 50 años, aunque, debido a la falta de datos, no se sabe con exactitud la edad que pueden alcanzar en estado salvaje. Como otras tortugas marinas, las carey son solitarias durante la mayor parte de su vida; sólo se agrupan durante la época de apareamiento. Con anterioridad se las consideraba sedentarias, pero actualmente se sabe que son de marcado carácter migratorio. Debido a la dureza de sus caparazones, no tienen grandes predadores y existen pocas criaturas que sean capaces de morder a través de su concha protectora. Los tiburones y los cocodrilos marinos son algunos de sus depredadores naturales. También se tiene conocimiento de que algunas especies de pulpos y de peces pelágicos se alimentan de tortugas adultas.

 Relación con los humanos

A lo largo de todo el mundo las tortugas carey son cazadas por los seres humanos, aunque esta práctica sea ilegal en muchos países. En algunas partes del mundo se capturan por ser consideradas un alimento exquisito. Desde el  las tortugas de mar, incluidas las carey, se vienen consumiendo en siglo V a. C. las tortugas de mar, incluidas las carey, se vienen consumiendo en China.
Muchas culturas también usan los caparazones de estas tortugas con fines decorativos y son tan demandadas como el marfil, el oro y algunas gemas, alcanzando elevados precios en el mercado. En español el material que conforma las placas de su caparazón se denomina carey. Este material se utiliza en varios complementos personales, como las monturas de las gafas, anillos o pulseras y en multitud de objetos decorativos. En 1994 Japón dejó de importar caparazones de tortugas carey de otras naciones. Con anterioridad, el comercio de caparazones de carey japonés era de aproximadamente 30.000 kg de caparazones al año. En occidente sus caparazones ya eran utilizados por los antiguos griegos y romanos para la joyería, como peines, cepillos y anillos. La mayor parte del comercio mundial de sus caparazones se produce en el Caribe. En 2006, se comprobó que se disponía de una gran cantidad de caparazones en los países de la región, como la República Dominicana y Colombia.

Billetes

En la nueva familia de billetes que circularán a partir del 1º de enero del 2008, se incluyo la imagen de la tortuga carey en el reverso del billete de 20 bolivares.

 


 







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